Ir al contenido principal

¿Caracas, 2084? Algunas palabras sobre Jinete a pie de Israel Centeno


      Caracas, o una posible Caracas del futuro, sirve de marco geográfico a la trama de Jinete a pie, novela escrita por Israel Centeno. El clima es envolvente, el paisaje está impregnado de decadencia y sus personajes son espectros a semejanza de un burdel orwelliano. En Roberto Morel recae el peso protagónico, es bajo su responsabilidad que los hechos cambian el curso para generar la catarsis necesaria propias de un sacudón; es un jinete a pie, en un ambiente donde hay cabida para lo deprimente, lo absurdo y lo tangencial.
      Un jinete a pie es en esa Caracas basada en la especulación, una persona sin motocicleta. El crack financiero provocó la caída abrupta de los precios del petróleo y con ello la instauración de la anarquía en una tierra totalmente dependiente del oro negro. Es ahí, donde los que hoy conocemos como colectivos, toman las calles y arengados por consignas y proclamas, hacen del ruido de las motos el sonido del terror, del pánico y de la muerte, situación que deja en desventaja a todo aquel que camine por los espacios abiertos, quedando en evidencia para ser víctima de un safari.
      El safari promueve la persecución de un peatón, se convierte en la diversión de los motociclistas y antes de darle la inevitable caza llevan a la presa a estados de demencia deplorables. ¿Y los carros? También son víctimas de las motos, tal y como podemos observar en nuestro acontecer diario. Por momentos tiende a reinar la paz y se logran acuerdos frágiles de no agresión. Los peatones tienen derecho a tomar café en ciertas  panaderías y éstos, para escapar del miedo y del hambre comen turrones de auyama y beben infusiones de campanita.
      Roberto Morel es un peatón más, sobrevive, vale así decirlo, refugiado en un gueto, acompañado por un grupo de desposeídos. Es posible que con el nuevo orden los recuerdos se hayan esfumado y la amnesia se hace colectiva. Roberto se ve asaltado por las dudas de lo que pudo haber sido su vida anterior, su pareja y un hijo que partió a tierra lejana. Y una manera de salir de ese marasmo es confrontar el statu quo. Morel asesina a un motorizado en la panadería y se da inicio un safari en el que la mujer que pretende darle caza puede tener alguna conexión con su pasado.
      El grupo de alienados se une a la causa, alentados por la esperanza de encontrar un camino que los lleve a otra comarca, otra realidad. Por un breve período se esconden en las ruinas de una iglesia hasta que logran emprender la huída sin dejar de ser vistos por las palomas, los gatos y los tordos, animales cómplices de los motorizados que forman parte del engranaje de la ya enrarecida atmósfera. La persecución anuncia el desenlace de la historia, la ruta de las mil y una probabilidades.
      Jinete a pie es una novela con pasajes intrincados que requiere de un lector dispuesto a desenmarañarlos, ausente por momentos de cierta lógica para sumergirse en un surrealismo oscuro y desalentador. Los recuerdos, como piezas de un engranaje, buscan el lugar apropiado en un universo yuxtapuesto e inverosímil. Una novela como ésta, sicológica, política, con tintes de ficción distópica aspira a abrir el cauce de un ramillete de obras en las que el autor descargue el pesimismo sobre la continuidad del modelo actual marcado por la indolencia del hombre y la acentuada velocidad de los cambios producto de los avances tecnológicos.

Nesfrán González Suárez

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los huesos de la luna

Una sombría casona reconstruida con las ruinas de una antigua morada. Tres criaturas de la noche que se han buscado a través de las brumas del tiempo: Sopdet, Napir el Negro y Dacia quienes encarnan a Guillermo Caffoneli, Glen Forbes y Arabella. La lucha por el poder entre milenarias castas de vampiros. La ambición del sacerdote MacKenzie, el nacimiento de la estirpe almatinense –segadores de almas– y el secreto de la   inmortalidad encerrado en el Códice Los Huesos de la Luna, son parte del misterio que Arabella y Guillermo logran recordar en una sorprendente noche de encuentros al borde de la madrugada. Les Quintero y Sebastián Beringheli han recreado un imaginario donde se narra la historia sobre el origen de la raza vampírica que convive con la especie humana en una extraña simbiosis. En medio de la oscuridad, y de una intensa persecución, Arabella busca pistas que la ayuden a recuperar la memoria que le han robado, y en la vieja casona –además de Guillermo Caf

El libro de las lecturas perdidas

¿Existe El libro de los afrodisiacos? ¿Es cierta la historia del Codex Gigas? ¿Hasta qué punto es verdadero El manuscrito de Nodín? Son algunas interrogantes que surgen al leer El libro de las lecturas perdidas. Y no nos queda duda de que el mundo es un lugar lleno de misterios celosamente recogidos en libros inescrutables que permanecen velados en míticas bibliotecas. Sebastián Beringheli ha reunido en esta miscelánea de setenta y dos entradas, artículos representativos de algunos libros que han sido prohibidos por su contenido extraordinario, sobrenatural, mágico; es decir, prohibidos por descubrir esas categorías que pertenecen a un orden desconocido que reside traslapado en situaciones cotidianas. Basta sumergirse en las páginas de El libro de las lecturas perdidas, para atisbar, con el rabillo del ojo, el paso veloz de celajes que invitan a ingresar a otra dimensión. En este arqueo de títulos excepcionales, Sebastián Beringheli no solo reseña una serie de libros pro

Les Quintero: Tu muerte es mi vida

  Por escrito # 209       Muchos narradores, otros artistas, y hasta deportistas, suelen irritarse cuando se les define como «muy técnicos», como si el hecho de ceñirse a los principios básicos del arte o disciplina en cuestión, y mantener una correspondencia simétrica entre la escena que se prefigura y los términos y recursos que se emplean, fuese un lunar que afeara su actuación. Yo creo que no es así. Incluso autores que en su momento fueron considerados como innovadores, ajenos a los establecimientos, si uno los lee en la totalidad de su obra, encuentra que sus diseños aparentemente crípticos se sujetaban a una elaboración pragmática, y así, esa probable oscuridad sería solo un manto, una tiniebla aparente para deleitar a sus pretenciosos lectores; digamos Joyce, Faulkner o Franz Kafka.       La autora que celebramos esta semana construye su novela, un policial contemporáneo, con un andamiaje previsible, dejando que el flujo de incógnitas vaya apareciendo gradualmente mientras av